AUTORRETRATO CON ARCILLA

      AULA CREATIVA

     

El contacto físico con tu rostro permite observarte más de cerca. Te miras al espejo y ves un conjunto de rasgos que te definen. No hace falta que pienses en ellos porque inconscientemente o conscientemente los tienes presentes. Con un trozo de arcilla entre las manos comienza la aventura de transformarlo en "tu cara". Aplastando pero a la vez buscando resaltar esas formas o evitándolas alisando. El barro se mezcla con el agua y hace que los dedos moldeen con facilidad el rostro.

La exigencia y perfeccionismo se muestra en el trabajo cuando minuciosamente se trabaja todas las partes de la cara.Aunque se trabaje todo siempre hay una parte dónde cada uno se detiene más, en los ojos ,en la boca...Cada parte de la cara nos ayuda a identificar que aspectos de la persona de si misma presta más atención, la voz, la mirada, la imagen...

Pero que pasa cuando en lugar de detenerse tanto y mirarse con detenimiento se hace lo que sale sin preocuparse nada en si acaba siendo igual o no. En este caso la impaciencia, rapidez y diversión prima, no se observa y así no ve nada todo le parece bien pero en el fondo el cuerpo no puede detenerse en los detalles porque el nerviosismo y la impaciencia ganan la batalla y junto a él la risa. El problema en estos casos es cuando hay que pararse o detenerse, observar más la forma y decidir con minuciosidad cada pieza porque si  no la figura no sale. Es cuando la risa da paso a la tensión a las ganas de querer acabar y no poder, la situación no se controla  y aquí puede ocurrir varias cosas: se  decide mirar, respirar y trabajar desde la pausa dándose cuenta dónde están los conflictos que impiden avanzar, seguir sin darse cuenta de como avanzas quede cómo quede y/o dejarlo porque es imposible terminarlo. 

            

Pero no se trata de alabar y reforzar más una forma que otra:

El perfeccionismo debe permirtir paso a lo imperfecto para descubrir como romper la exigencia en la obra y disfrutar,
reflejo de como hacerlo en su vida.

Lo imperfecto y abstracto a través de la pausa y el trazo de lo obvio puede descubrir que hay realmente en las cosas y en la realidad que no se detiene a observar.